Consejo # 3: Tenga objetivos claros en mente.
A los 16 años me fui a la Escuela de Especialistas de Aviación (EEAR). Al principio del curso se pusieron a seleccionar a los que ya estaban practicando algún deporte, con el objetivo de la competencia interna. Yo tenía interés de practicar un deporte para desarrollar la aptitud física, pero inicialmente no fue seleccionada para cualquier deporte. En la semana siguiente llamaron a diez voluntarios a quienes les gusta correr, a participar de una modalidad nueva. No sabía lo que era, pero yo estaba interesado en aprender a correr, de inmediato levanté la mano. El grupo fue llevado a una presentación sobre orientación con Vitorino Calvi, quien asistió el equipo de la Fuerza Aérea desde 1971 y aquel año era el entrenador. Cuando se me mostró que era la orientación, con algunas fotos de los Campeonatos brasileños y Campeonatos Militares del Mundo en los que participó, ví que este era un deporte en el que podía hacerlo bien si tuviera dedicación. Dijo que para la orientación era necesario que ser bueno en la carrera y ser inteligente. Pensé para mis adentros: "Yo soy inteligente, sólo tengo que entrenar para correr mejor."
Desde ese día me puse la meta de tomar parte del Equipo de la Fuerza Aérea y participar en Campeonatos del Mundo. No fue por casualidad que yo fui el campeón individual en la competencia de orientación en la EEAR - este era mi objetivo inicial. Y también otros resultados positivos fueron resultado del tiempo de preparación con metas específicas. Además de ser parte del Equipo de la Fuerza Aérea, fui campeón tres veces de las Fuerzas Armadas y dos veces campeón sudamericano. He venido de competir en siete Campeonatos Mundiales Militares de Orientación. La dedicación a la preparación fue clave para lograr estos objetivos.
Tener metas claras nos da más motivación para hacer frente a un entrenamiento serio y fuerte, y evité el desanimo por cualquier razón. Cuando terminó una competencia, empecé a entrenar para la siguiente. Cuando haya terminado un nuevo mapa, comienzo a buscar en otra zona para hacer mapa, con la posibilidad de una nueva competencia. Cuando termino un trabajo, estoy pensando en las posibilidades de mejora para el futuro.
Nuestra principal limitación son los objetivos que nos hemos fijado, no solamente los medios disponibles para alcanzarlos. Primero definimos lo que queremos, entonces podemos discutir la manera de llegar allí. Nuestro horizonte está siempre a nuestros ojos, así que tenemos que subir a un lugar más alto para ver más lejos. La brújula siempre apunta hacia el norte, todavía podemos elegir nuestro destino siguiente.
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